Los fabricantes estiman que la vida útil de una batería está entre los 8 y 10 años de media. Aproximadamente 3.000 ciclos de carga completos. ¿Pero qué pasa cuando estas baterías ya no son funcionales para alimentar un coche eléctrico?
La batería es el núcleo de cualquier vehículo eléctrico. El corazón. La piedra angular que hace funcionar el vehículo, lo dota de autonomía y determina en gran medida el precio inicial de este. La búsqueda constante de los fabricantes por mejorar tanto su calidad, su vida útil, así como el aumento de su autonomía, todavía contrasta con el coste de fabricación y consecuentemente el encarecimiento del producto final.
Existen distintos tipos de baterías para coches eléctricos, siendo las más utilizadas las de ion-litio, ya que “concentran una alta densidad energética (de más de 250 Wh/kg) en poco espacio y peso”. Son las que más mejoras pueden ofrecer a corto plazo. Pero por el momento, ninguna batería para coche eléctrico es eterna y las diferentes marcas de coches están obligadas por ley a retirarlas una vez finalizada su vida útil. China ya ha regulado al respecto entrando en vigor este mes de Agosto, una ley que convierte a los fabricantes de automóviles en responsables de las baterías obsoletas e impide que estas sean depositadas en vertederos o abandonadas. Al gigante asiático le siguen la Unión Europea y Estados Unidos, quienes preparan sendas propuestas al respecto.
Etecnic da una segunda vida a las baterías de coches eléctricos
Que una batería ya no sirva para alimentar un vehículo eléctrico, no significa que esta haya perdido toda funcionalidad y capacidad de carga. De hecho, uno de los temas que están de actualidad es la necesidad de reutilizar estas baterías, darles una segunda vida y evitar que en el futuro se conviertan (quizá) en uno de los mayores residuos del planeta debido a la previsión del aumento del parque de vehículos eléctricos a nivel mundial. Algo que además, podría abaratar el coste de un coche eléctrico gracias al reciclaje de sus baterías. Se calcula que en el año 2025 se alcanzará la suma de 3,4 millones de dispositivos, según highmotor, y en 2030 se estima que habrá 17 millones de coches eléctricos en Europa según un informe elaborado por la consultora Element Energy.
Etecnic contribuye a dar soluciones a esta situación. Y lo hace dando una segunda vida a las baterías de coches eléctricos a través de la reutilización de estas en estaciones de servicio alimentadas por una instalación fotovoltaica. La movilidad eléctrica unida a la energía fotovoltaica es la clave del éxito. Equipar las estaciones con placas fotovoltaicas y baterías de segundo uso para almacenar energía, dan lugar a un ecosistema que permite abastecerse de energía limpia, sin necesidad de aumentar la potencia contratada en la estación y consecuentemente fomentar el ahorro económico y energético. Además, el software Energy Smart Manager de Etecnic es capaz llevar un control exhaustivo de consumo de red o autoconsumo.
El hecho de almacenar la energía generada por las placas fotovoltacias durante el día en estas baterías permite, en caso de recarga de vehículo eléctrico en la estación y cuando se requiere más potencia energética, suministrar la energía suficiente durante la carga sin alterar el termino fijo de potencia de la instalación. Traducido al rendimiento económico de una estación de carga, esto supone el 60 o 70% del coste de forma que se amortiza mucho antes la inversión en un punto de recarga.
Las alternativas actuales
Algunas empresas ya están trabajando en nuevos dispositivos para alargar su vida útil, como es el caso de Bosch, quien ha desarrollado un software inteligente capaz de reducir el desgaste de este componente en un 20%. De todas formas, la necesidad de reciclar las baterías de los coches eléctricos es una necesidad ineludible a la que hay que dar la mejor o mejores soluciones. Hay que evitar que estos componentes se conviertan en residuos altamente perjudiciales para el medio ambiente. Y parece que ya hay alternativas.
Las grandes marcas de automóviles como Toyota, General Motors, BMW, Renault y Nissan entre otros, están colaborando con proveedores de sistemas de almacenamiento para buscar (y en algunos casos ya implementar) alternativas para alargar su vida útil, abrir nuevas líneas de negocio y, de esta forma, contribuir a la economía circular (llamada también “energía circular”) del propio sector energético.
Suministrar energía para el alumbrado público, respaldo para el funcionamiento de un parque eólico, reciclaje para nuevos usos en vehículos eléctricos o energía para edificios y hogares, son algunas de las iniciativas propuestas para un mercado emergente de mucho recorrido.
Uno de los casos de más impacto mediático es el del Johan Cruyff Arena de Holanda. Convertido en el sistema de almacenamiento más grande de Europa, el estadio utiliza baterías reutilizadas provenientes de vehículos eléctricos Nissan Leaf, encargadas junto a 4.200 paneles solares de suministrar energía al estadio. La experiencia de este caso pionero ha llevado ya a varios clubes de fútbol actuales a interesarse por esta iniciativa.
Pensando en el futuro
Finalmente, cabe destacar el estudio de la compañía, Mckinsey & Company donde plantea y expone los retos de futuro para el reciclaje de las baterías de los coches eléctricos y propone soluciones sobre las alternativas que estas podrán tener en una segunda vida.
Con todo, no hay que perder de vista que tarde o temprano estas baterías dejaran de poder usarse. Y pasaran a ser un simple residuo que habrá que gestionar como los demás. Por suerte hay la posibilidad de recuperar el 90% de sus componentes en las baterías de litio, las mayormente extendidas en el mercado. Para el resto de componentes como el cobalto, el cobre, el níquel o el manganeso, Tesla se muestra partidaria de investigar su recuperación a través de distintos procesos hidrometalúrgicos.
Veremos cómo avanza la búsqueda de soluciones durante los próximos meses y años. Pero es una realidad que hay que tener muy presente y hacer frente cuanto antes. Debemos encontrar la fórmula para reducir la huella ecológica y su impacto. Además, todos estos avances contribuirán a reducir los costes de las baterías de los coches eléctricos gracias a una mayor durabilidad y reutilización de estas. Tiempo al tiempo.