5 Razones por las que la recarga pública en nuestro país es clave para un despliegue sostenido y accesible
En la era de la movilidad eléctrica, las redes de infraestructura de recarga pública se erigen como un pilar fundamental para el despliegue sostenido, eficiente y socialmente responsable. En estas, se prioriza la accesibilidad social sobre los grandes beneficios comerciales. La transición hacia vehículos eléctricos es una realidad inevitable. Para tener un modelo de negocio rentable en nuestras ciudades, pueblos y calles, es crucial contar con el asesoramiento y soporte de empresas especialistas en movilidad eléctrica con experiencia en la gestión de puntos de recarga de diferentes potencias, marcas y modelos del mercado.
Aquí presentamos cinco razones por las que la infraestructura de recarga pública es esencial para nuestro futuro:
1. Reducción de emisiones y mejora de la calidad del aire:
La adopción generalizada de vehículos eléctricos contribuye significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la mejora de la calidad del aire en nuestras ciudades y pueblos. Al facilitar la recarga pública, se incentiva aún más el abandono de los vehículos de combustión interna, lo que resulta en entornos urbanos más limpios y saludables para todos.
2. Promoción de la movilidad eléctrica:
La infraestructura de recarga pública fomenta la movilidad sostenible al hacer que sea más conveniente y viable para los ciudadanos optar por vehículos eléctricos. Al ofrecer puntos de recarga accesibles en áreas urbanas y rurales, se elimina la preocupación por la autonomía limitada y se impulsa la adopción de una forma de transporte más respetuosa con el medio ambiente.
3. Creación de empleo y estímulo económico local:
La instalación y gestión de puntos de recarga pública generan oportunidades de empleo a nivel local, especialmente para técnicos especializados en energías renovables y tecnologías de carga. Además, el modelo de negocio centrado en gestores locales promueve la inversión en la comunidad, estimulando así el crecimiento económico y la prosperidad.
4. Precios justos y rentabilidad sostenible:
Es fundamental que la infraestructura de recarga pública ofrezca precios justos y transparentes, evitando modelos abusivos que desincentivan su uso. Al establecer tarifas asequibles y garantizar una rentabilidad a partir de un número razonable de recargas diarias, se promueve la adopción masiva de vehículos eléctricos sin comprometer la viabilidad económica de los puntos de recarga.
5. Respaldo institucional y compromiso social:
Para garantizar el éxito de la infraestructura de recarga pública, es necesario un respaldo institucional y un compromiso social activo. Las políticas y regulaciones favorables, junto con campañas de concienciación y educación, son fundamentales para impulsar la transición hacia la movilidad eléctrica y asegurar su aceptación y uso generalizado.